Jesus es Dios

Published on September 19, 2025 at 5:58 AM

Título: "Jesús es Dios: La Declaración que Cambia Todo"
Texto Base: "Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!" (Juan 20:28, RVR1960).

Querida congregación,

Hoy quiero hablarles sobre una de las declaraciones más audaces y transformadoras en toda la Biblia. Es una frase que surgió en un momento de duda, pero que se convirtió en un grito de fe que sigue resonando a través de los siglos. Son las palabras de Tomás, el incrédulo, que al ver a Jesús resucitado exclamó: "¡Señor mío, y Dios mío!".

Hermanos, esta confesión no fue solo una expresión de asombro. Fue una proclamación teológica radical. En la cultura judía, declarar que un hombre era Dios era considerado blasfemia. Pero Tomás, al ver las heridas del Resucitado, entendió lo que muchos hoy aún se resisten a aceptar: que Jesús de Nazaret es Dios encarnado.

¿Por qué es tan controversial esta verdad? Porque exige una respuesta. No podemos ser indiferentes ante ella. O la aceptamos como Tomás, arrodillándonos en adoración, o la rechazamos como los religiosos de su tiempo, que buscaban apedrear a Jesús por hacerse igual a Dios (Juan 10:33).

Pero la Biblia es clara y consistente:

  • Juan 1:1 nos dice: "El Verbo era Dios".

  • Colosenses 2:9 afirma: "En él habita toda la plenitud de la Deidad corporalmente".

  • El propio Jesús declaró: "El que me ha visto a mí, ha visto al Padre" (Juan 14:9).

Tomás no estaba usando un título poético o metafórico. Estaba declarando una realidad eterna: las heridas que él tocó eran las heridas del Creador. La sangre que derramó en la cruz era la sangre del Dios que redime.

Hoy, como Tomás, estamos invitados a responder ante esta verdad. No necesitamos ver sus heridas con ojos físicos, porque tenemos la Palabra que nos testifica de Él. ¿Aceptaremos a Jesús solo como un buen maestro, un profeta inspirado? ¿O nos postraremos, como Tomás, y confesaremos: "Señor mío y Dios mío"?

Si Jesús es Dios, entonces sus palabras son eternas.
Si Jesús es Dios, entonces su sacrificio es suficiente.
Si Jesús es Dios, entonces su señorío es absoluto.

Que nuestra vida, como la de Tomás, sea un eco de esa confesión. No solo en el templo, sino en cada decision, en cada crisis, en cada momento de alegría y de dolor.

Oremos:
Señor Jesús, hoy nos postramos ante ti como Tomás. Reconocemos que eres más que un ejemplo, más que un profeta: eres Dios hecho hombre, Salvador nuestro. Ayúdanos a vivir cada día bajo el poder de esta verdad. En el nombre que es sobre todo nombre. Amén.

Para meditar esta semana:
¿Hay áreas de mi vida donde aún no reconozco a Jesús como Dios y Señor absoluto?

 

firmes y adelante

pastor Cachito

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